
- Estimula la circulación sanguínea.
- Exfolia y elimina el vello enquistado.
- Combate la celulitis.
- Disminuye el exceso de grasa de la piel.
- Ayuda a eliminar los puntos negros.
Para usar una esponja luffa, primero sumérgela en agua para que se ablande y luego úsala con tu jabón o gel de ducha preferido. Después de cada uso, enjuágala bien, escúrrela y déjala secar en un lugar bien ventilado. También se puede usar en seco para una exfoliación más intensa, con cuidado de no usarla en pieles con afecciones como eccemas, y para limpieza del hogar y como jabonera